Debo asumir que fue un poco complicado comenzar esta entrada, ya que hace varios meses que no vengo aquí y bueno, no sabía muy bien como comenzar (Escribí y borré muchas veces todo lo que ponía jajaja).
Antes de comenzar a contarles en el proyecto que participé,
quiero hablarles un poquito de mi ausencia. Como bien saben, salí hace ya 1 año
de la universidad, y he estado muy desocupada, lo cual me ha traído ventajas y
desventajas. La ventaja es que he descansado mucho, he disfrutado de mi propia compañía,
de hacer cosas que tenía pendiente, de retomar series o películas, entre otras
cosas. Pero la desventaja es que al ser una persona muy proactiva por años, pasé de
hacer muchas cosas, a nada. Mi día a día comenzó a ser una rutina y eso me
tenía un poco abrumada. No tenía ideas para subir aquí, no tenía ninguna
actividad que me hiciera querer decorar y planificar mi planner (Hace meses que
lo tengo botado), y no tenía muchas ganas de salir para distraerme. Ahí comenzó
mi ausencia en el blog, en mi instagram (Tampoco sabía que cosas subir) y sólo
seguí una rutina que sin darme cuenta, me tenía bastante estresada. Además le
sumo la constante frustración que he sentido cada vez que postulo a trabajos y
todos piden muchos años de experiencia en diversas áreas, pero bueno, ante eso
sólo queda tener paciencia.
Por eso esta vez les traigo una entrada un poco más
reflexiva, ya que como les mencioné al principio, hace unas semanas participé en
un proyecto que trata del autorretrato mediante una introspección personal que hicieron
diferentes fotógrafas. Yo estuve con Paula, una fotógrafa que llamó a su
exposición “Ausente”. Mi objetivo fue reflejar todo su sentir emocional; toda
esa fragilidad que muchas veces nos cuesta comprender o expresar. Les dejaré la
reseña de lo que ella quiso expresar a través de las fotografías “Es un relato íntimo
y solitario de un embrollo psicológico que nace desde una búsqueda personal y
exhaustiva dentro de un caos mental, el que además se encuentra generalizado en
la sociedad actual. Se demuestra el constante problema que se vive hoy en día
en un mundo cada vez más estresado, siempre con prisa e inestable, como algo difícil
de sobrellevar en el día a día; evidenciando el sentir, lo sensible, lo delicado y
lo frágil del ser humano. Concluyendo en una decadencia emocional que muchas
veces es una autodestrucción inconsciente, dejándonos ausentes dentro de
nuestra propia existencia”.
Agradezco la confianza que depositó Paula en mí, por hacerme partícipe de un proyecto muy lindo y emotivo, por dejarme ser quien expresara todo su sentir y hacer un trabajo muy lindo.
Los invito a que no se dejen de lado, que no se dejen en segundo plano, que sientan, que se comprendan. Sientan paciencia de ustedes mismos, entiéndanse, traten de quererse. A veces no son ustedes los equivocados, es la sociedad que va muy rápido y no nos da tiempo de pensar, de sentir paz, de sentir tranquilidad. Dejemos de lado el modo automático.
Espero que les haya gustado este retorno y en verdad, también espero volver pronto.
Haber realizado este tipo de fotografías fue muy lindo, en
verdad, siento que me compete mucho el tema, y acepté por lo mismo, porque sé
que debemos comenzar a normalizar el escuchar lo que sentimos y como nuestro
cuerpo lo expresa.
Esta foto refleja tanto ese cansancio que sentimos día a día cuando las rutinas son parte de nuestro diario vivir o esa carga emocional que llevamos sobre nosotros y no lo verbalizamos. Ese agotamiento mental que termina por trasmitirse mediante nuestro cuerpo. Ese cuerpo estresado, agotado, donde muchas veces se enferma.
La sociedad actual nos mantiene en modo automático y se nos hace difícil darnos cuenta que somos y debemos ser protagonistas de nuestras
vidas, pero muchas veces estamos viviendo en el papel secundario. Este tipo de fotografías
como bien se menciona en la reseña, muestra ese modo off, ese punto límite al
cual todos llegamos en algún momento, esas “explosiones” o “crisis” que
generalmente nos pasan la cuenta.
Mi reflexión va directo a escucharnos, a comprender qué nos
pasa día a día, a ser conscientes con nosotros mismos y no dejarnos en segundo
plano. A entender que somos seres que sentimos; que expresar y asumir que nos
sucede algo no nos hace débiles, al contrario, nos hace valientes por el sólo
hecho de querer ayudarnos, por asumir que nos sucede algo y que debemos hacer algo al respecto.
Desde que estudié psicología comencé a comprender muchas cosas y una de ellas es que si yo no puedo con mis propios problemas, necesito ayuda. Que si no entiendo mis propias emociones, necesito ayuda. Que un psicólogo ayuda mucho a comprendernos, a ver las cosas desde otro punto de vista, pero siempre como una ayuda, no quien tome las decisiones, porque como dije arriba, uno es el protagonista.
En síntesis, haber participado en esto fue super lindo, ya que hizo que me conectara con esa catarsis que en algún momento vivió de forma personal la fotógrafa. Me ayudó a reflexionar al respecto, y querer expresarlo.
Me ayudó a recordar el por qué quise estudiar psicología, el por qué me hace feliz ayudar a liberar esa carga emocional que muchas veces pesa más que el cuerpo. Me ayudó a conectarme conmigo misma, con mis emociones. Realmente fue una buena experiencia.
Agradezco la confianza que depositó Paula en mí, por hacerme partícipe de un proyecto muy lindo y emotivo, por dejarme ser quien expresara todo su sentir y hacer un trabajo muy lindo.
Los invito a que no se dejen de lado, que no se dejen en segundo plano, que sientan, que se comprendan. Sientan paciencia de ustedes mismos, entiéndanse, traten de quererse. A veces no son ustedes los equivocados, es la sociedad que va muy rápido y no nos da tiempo de pensar, de sentir paz, de sentir tranquilidad. Dejemos de lado el modo automático.
Espero que les haya gustado este retorno y en verdad, también espero volver pronto.
Tengan una linda semana :).